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La Verdad del Arco Iris

Espejo celeste de infinito saber insondable
música ardiente de eterno amor olvidado
aroma volátil de vívida alegría fugaz;
ropa terrestre de cálida amistad solitaria
manjar aguado de mansa paciencia amarga
vacío etéreo de liberador perdón veraz.

jueves, 1 de marzo de 2012

Los siete puntos de la postura Vajra


Tradicionalmente la postura más recomendada es la de los siete puntos, aunque al principio resulta difícil. Lo esencial es hallar la postura más cómoda para cada uno.

1. LAS PIERNAS

Si es posible, siéntate en la postura del loto (las piernas cruzadas y los pies colocados encima de los muslos de la pierna opuesta), o del medio loto (el pie izquierdo debajo de la pierna derecha y el pie derecho encima del muslo izquierdo); también puedes sentarte en una posición sencilla, con las piernas cruzadas y los pies en el suelo. Un cojín duro debajo de las nalgas te ayudará a mantener la espalda recta y permanecer sentado más tiempo sin molestias en los pies y piernas. Y si no puedes sentarte en el suelo en ninguna de estas posturas no te preocupes, lo importante es estar cómodo. Lo puedes hacer en una silla o en una banqueta.

2. LOS BRAZOS

Los hombros y los brazos deben de estar relajados. No tienen que hacer presión contra el cuerpo sino mantenerse unos centímetros separados para permitir la circulación del aire; esto ayuda a prevenir la somnolencia. Las manos en el regazo por debajo del ombligo y con la derecha sobre la izquierda, con las palmas hacia arriba. Las dos manos deben estar lo más rectas posibles con la uña del pulgar derecho tocando la yema del pulgar izquierdo.

3. LA ESPALDA


Es lo más importante. Debe de estar en línea recta, relajada y ligeramente estirada, como si las vértebras fuesen un largo montón de monedas. Tal vez te resulte difícil al principio pero con el tiempo se volverá natural y te darás cuenta de sus beneficios.

4. LOS OJOS


Al principio resulta más fácil concentrarse con los ojos cerrados. Sin embargo, es recomendable dejarlos ligeramente entreabiertos para que pase algo de luz y dirigir la mirada hacia abajo. Esto se hace para evitar el adormilamiento.

5. LA MANDÍBULA

Estará relajada y los dientes ligeramente separados, sin apretar. La boca también tiene que estar totalmente relajada, con los labios tocándose ligeramente.

6. LA LENGUA


La punta debe de tocar el paladar, justo detrás de los dientes superiores. Esto reduce la secreción de saliva y, por tanto, la necesidad de tragarla. Ambas cosas se convierten en grandes obstáculos a la meditación a medida que tu concentración aumenta.

7. LA CABEZA

Si está demasiado levantada puede que tengas problemas de dispersión o agitación mental, si está demasiado inclinada de adormecimiento o pesadez mental. El cuello debe inclinarse un poco hacia abajo para que tu mirada quede dirigida de forma natural hacia el suelo, enfrente de ti.

Aun cuando con solo sentarse en la postura vajra se produce un buen marco de referencia para la mente, esto no es suficiente. El principal trabajo, aquel que es hecho por la mente, ni siquiera ha comenzado. La forma para sacar a un ladrón que se ha metido en una habitación es entrar a la casa y echarlo afuera y no sentarse afuera y gritarle. Si nos sentamos en la sima de una montaña y nuestra mente constantemente está pendiente del pueblo situado en su base, poco logramos.

La concentración tiene dos enemigos, la agitación mental o atareamiento y el entumecimiento mental o letargo.

Por lo general, la agitación surge del deseo; un objeto atractivo aparece en la mente y ésta deja de atender al objeto de meditación siguiendo al otro.

El letargo surge de una apatía sutil que se desarrolla en la mente.

Con el fin de obtener una firme concentración estos dos obstáculos tienen que ser eliminados. Un hombre necesita una vela para poder ver en la oscuridad la pintura que aparece en la pared de una habitación. Si hay una corriente de aire la vela ondeará mucho impidiendo que el hombre vea en forma apropiada y si la vela es muy pequeña, su nombre será muy débil. Cuando la llama de la mente no es obstruida por el viento de la agitación mental y no es debilitada por la pequeñez del letargo, se puede concentrar en forma apropiada sobre la pintura del objeto de meditación.

En los estados iniciales de la práctica de la concentración, la agitación mental es mayor obstáculo que el letargo. La mente continuamente vuela alejándose del objeto de concentración. Esto puede verse al tratar de mantenerse fija en el recuerdo de un rostro. La imagen del rostro es rápidamente reemplazada por alguna otra cosa.

Detener este proceso es difícil, puesto que hemos construido el hábito de sucumbir en él durante un largo período de tiempo y no estamos acostumbrados a concentrarnos. Tomar lo nuevo y dejar atrás lo viejo es siempre difícil. No obstante, puesto que la concentración es fundamental para todas las formas de alta meditación así como para toda alta actividad mental, uno debe hacer el esfuerzo. La agitación es superada principalmente por la fuerza de la atención y el letargo por la aplicación atenta.

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